LA FIGURA MÍSTICA DE LA BRUJA

LOS MISTERIOS DE LA BRUJA



La figura mística de la bruja nos a causado a lo largo de la historia fascinación y a la vez temor.
Y es bruja y no brujo porque en ella reside el Gran misterio de DAR VIDA de su vientre, este es uno de los grandes dones y una de las fases de la bruja: doncella-MADRE-anciana.

¿Sabías que todas las mujeres tenemos una bruja dentro?, figura que ha existido desde las culturas primitivas. Seres especiales que desarrollan o han nacido con facultades extraordinarias y un conocimiento asombroso que se ocupa para ayudar a la gente del pueblo.
En el norte se le llamaba  medicine women/men, es decir este ser mismo era MEDICINA. Este ser tenía contacto con el reino de los espíritus y con el espíritu de la tribu.

Estos seres poseían un estatus especial, eran amados o temidos, se les tenía mucho respeto.
Y el hecho de poseer magia no implica ser la bruja mala del cuento. La decisión de qué hace con ella es personal. Para diferenciar entre una bruja mala y una bruja buena hagamos una similitud con el sendero derecho y el izquierdo en ocultismo.
En el camino de la derecha se trabaja con las energías para conectarse con la Gran Fuerza divina, la bruja, en este caso, maneja su conocimiento de las energías y desarrolla sus dones para ayudar en la elevación de los demás con ella y para sanar y guiar.
En el camino de la mano izquierda sólo se busca la gratificación de los deseos egoístas, lo que se hace sólo lo sirve a sí mismo. Sólo quiere desarrollar sus facultades para ganar poder, se salta los pasos y sólo quiere legar a su meta a través de cualquier medio, pasando por encima de los demás, usando drogas.
El problema en la actualidad es que nos confunden y nos colocan en el mismo gorro.
Hemos pasado de ser reverenciadas y respetadas a ser juzgadas, castigadas, rechazadas y temidas a lo largo de la historia.

Lo que sí es una premisa fundamental: la VERDADERA BRUJA, como la raíz de su nombre lo indica, (wit-wic) es ante todo SABIA.
La palabra wicca aparece en el siglo IX en un juicio en contra de un hombre acusado de hechicería.
En español se le conoce como “bruja”, cuyo origen es incierto.  Se le atribuye ser de la misma familia del catalán y no indoeuropeo, otros dicen que es prerromana, o tal vez de origen nórdico.
Cualquiera que sea origen se considera que:
bruixa = BRUJA, HECHICERA
Sin embargo, bruixa era un ser místico, del mundo de las hadas, este era una banshee que se dice chupaba la sangre de los niños en ciertas regiones de Europa. Por un tiempo se confundió y se dijo que estas entidades en realidad eran seres encarnados. Tomemos en cuenta que estos seres tomaban la figura física que se les apetecía. Comenzaron a confundir a las antiguas hechiceras con bruixas. Por ello la connotación tan despectiva que se tiene sobre ellas.
En las diferentes culturas y lenguas en el mundo, se le conoce desde pharmakos, en Grecia (conoce el uso de los extractos de las plantas), pasando por strega en italiano, en alemán hexe, en francés sorcière. En latín se le llamaba maleficae para designarlas en Europa en la Edad Media. Otra palabra antigua encontrada en Latín es saga, que significa aquel (la) que tiene la visión del futuro. Entre muchos otros.
Cualquiera que sea el nombre con el que se le conozca, la bruja es aquella que practica Wicca o Modern Witchcraft que es “un estilo de vida, una forma de ser; una filosofía ecológica, una ética y una visión artística”. Ser wicca (o bruja (o)) es alguien que venera a la naturaleza y percibe a la divinidad como la conciencia masculina y femenina; el practicante se convierte en parte de un mundo multidimensional, es reconocer otras dimensiones y reinos. Es reconectarse y alienarse con las fuerzas de la naturaleza, la Gran Diosa, sus ciclos y la magia; es comunicarse y trabajar con las energías ancestrales, de otros mundos, como las hadas, los dioses y los guías. Es reconectarse con lo sagrado y la propia divinidad mediante rituales que recuerdan quién eres y tu papel en el mundo como servidor y descubridor de misterios.

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“No, corazón, no me avergüenza que me llames BRUJA. Por el contrario, me siento honrada porque es el nombre que ha pertenecido a grandes hechiceras y magas, videntes, yerberas, sanadoras, amantes, madres, guerreras, salvadoras de reinos y grandes mujeres en la vida de la humanidad… La Fuerza divina corre por nuestra sangre… de todo somos testigo, donde quiera nos encontramos y te encontramos.” 
Fragmento del Diario de una Bruja.

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